Blog invitado de Sofía Vargas
Esto es parte de una serie de caminatas en las Islas del Cielo. Cuídate, diviértete y no dejes rastro.
El senderismo es una de las mejores maneras que he encontrado para conectar con la naturaleza, cultivar una filosofía proambiental y ampliar mi conocimiento de lugares con paisajes impresionantes y vivencias enriquecedoras.
De esta manera me he rodeado de amigos que buscan las mismas experiencias y comparten mi admiración por la naturaleza. El año pasado, como festejo de cumpleaños de Kenia, una de mis amigas en Hermosillo donde vivo, un grupo de amigos hicimos el viaje desde Sonora y realizamos el ya tradicional ascenso al monte Wrightson en las montañas Santa Rita de Arizona.
Ubicada dentro del Bosque Nacional Coronado a 65 kilómetros al sureste de Tucson, las montañas Santa Rita son hogar de una increíble biodiversidad, albergando una variedad de plantas y animales endémicas del hábitat desértico y montañoso. Esta confluencia de hábitats es lo que hace que las Islas del Cielo sean tan fascinantes. Puedes ver cambios dramáticos en la vegetación, el suelo y la elevación en un mismo espacio.
Madera Canyon, enclavado en estas montañas, ha sido considerado como el tercer mejor destino de observación de aves en Estados Unidos ya que es un lugar de refugio para diversas aves migratorias.
El ascenso lo realizamos en el mes de enero, justo después de algunos días de nevada que cubrió gran parte del camino que transitamos. Uno de los senderos que lleva a la cima del monte Wrightson es el Old Baldy Trail. Este es el que tomamos.
Esta travesía de 16 kilómetros en total, de ida y vuelta, transcurre por la cara norte de la montaña, lo cual hace que esté mayormente sombreada. Y por lo tanto, la nieve se conserve mucho más tiempo a lo largo del camino mientras observas la escarpada cara de la montaña frente a tí.
El ascenso es bastante empinado ya que la elevación de monte Wrightson es de 2,881 metros. Siempre vas caminando en zig zag y se vuelve mucho más empinado justo antes de llegar a la cima.
Sin duda, al ir en temporada después de las tormentas invernales, partes de la ruta se encontrarán cubiertas de nieve. Es probable que veas estalactitas de hielo colgando desde las rocas en los últimos kilómetros. Al llegar a la cima, puedes tomarte unos minutos de descanso mientras contemplas un bello panorama a todo tu alrededor con un claro y hermoso cielo azul.
Las plantas que descubrirás van desde cactus y agaves hasta robles y pinos. La vegetación es tan variada y adaptada a las condiciones áridas y montañosas.
Entre los residentes de las montañas Santa Rita se encuentran el jaguar, el puma, el venado cola blanca y una variedad de aves, entre las que destacan el trogón elegante y el búho moteado mexicano.
Algunas consideraciones a tener en cuenta es que esa ruta es considerada con nivel de dificultad difícil debido a la distancia (16 km) y el desnivel que implica (~1,200 m). Además, si se realiza durante el verano, es importante traer bastante agua y electrolitos para evitar alguna deshidratación.
Con condición física de moderada a buena, puede realizarse caminando aproximadamente en cinco a 10 horas. Es recomendable planificar tu visita, llevar ropa y calzado adecuado para senderismo, agua suficiente, algo de comida ligera y un kit de primeros auxilios, así como sombrero y protector solar. El clima en la montaña es cambiante, así que consultar el pronóstico del tiempo antes de salir es muy importante ya que fuertes vientos, lluvia o nieve son posibles.
Como medida de seguridad, aunque la ruta está bien marcada, siempre es recomendable llevar un mapa o una aplicación de GPS. (Aquí hay un mapa en AllTrails, donde puedes descargar la ruta a tu móvil con antelación. Y aquí hay indicaciones de Google para llegar al comienzo del sendero.)
Y como último consejo, es muy importante no dejar desechos, respetar el sendero y todo lo que ahí habita para que estas montañas sigan siendo un refugio para la biodiversidad y un lugar de asombro para las generaciones futuras.
En nuestra última visita, mis amigos y yo estábamos platicando, y reflexionábamos como cada experiencia en áreas naturales como las montañas Santa Rita es distinta. Encuentras nuevos elementos que te retan o que despiertan tus sentidos. Surgen nuevas ideas, alegrías, momentos difíciles. Y todo, en conjunto, nos inspira a cuestionarnos cómo nos relacionamos con todo lo que nos rodea. La naturaleza es una gran maestra.
Así que prepara tu mochila, ponte tus botas de senderismo y descubre la diversidad, belleza y diversión que guardan las montañas Santa Rita.
Sofía Vargas es psicóloga clínica en Hermosillo. Como aficionada a las actividades al aire libre y promotora del cuidado ambiental, estudió una maestría en psicología ambiental, ha desarrollado propuestas y proyectos de conservación como integrante y cofundadora de Caminantes del Desierto, y en su tiempo libre apoya actividades de conservación en zonas urbanas de esta asociación.