A principios de 2017, el Grupo Pionero Espeleológico de Sonora, un grupo que cofundé, se embarcó al noreste de Sonora para explorar la Cueva La Mora. A diferencia de otras grandes expediciones en las que hemos participado, está fue la primera exploración conformada exclusivamente por miembros de este grupo.
Todo comenzó por el interés de la familia Gámez, dueños de las tierras donde se localiza la cueva, y quien se comunicó con nosotros en su búsqueda por transformar la cueva en un sitio turístico, pero con una visión más amigable, segura y ambiental tanto para la cueva como para las personas interesadas.
Comenzamos la exploración, donde inmediatamente observamos un vasto paisaje con pastizales, sólo interrumpido por la presencia de la Sierra San José, una de las 55 Islas del Cielo de la región y ubicada a pocos kilómetros de la frontera de Estados Unidos y México.
La cueva fue difícil de localizar. Solo los miembros de la familia pueden encontrar la entrada, y en ocasiones hasta a ellos se les dificulta. La entrada está sobre el suelo, un pozo de seis metros de profundidad, en el cual se han instalado unas escaleras para un acceso más eficiente y seguro. A las orillas del pozo se encuentran varios arbustos de moras, razón de su nombre, y de su dificultad para verla a simple vista.
La Mora es una cueva de aproximadamente 250 metros de extensión y 24 metros de profundidad. En su interior, encontramos tres salas con diversos espeleotemas, esas estructuras formadas por la deposición de minerales del agua que son típicas en las cuevas turísticas, si alguna vez has tenido la oportunidad de visitar alguna. Vimos estalagmitas, estalactitas y columnas en el interior de cada una de las salas. Sin embargo, solo en la última sala pudimos observar el crecimiento activo de estas formaciones, un proceso del que no veremos el resultado final, por supuesto, pero que nos recuerda la evolución de nuestra Tierra.
A pesar que estas formaciones se pueden encontrar en cualquier parte del mundo, siempre y cuando sean de cuevas de origen cárstico, para Sonora, solo las hemos encontrado en esta cueva, lo que la hace una verdadera joya para el estado y con potencial para la investigación.
Por ello, en abril de 2024, volvimos a explorar esta cueva, pero en esta ocasión con el Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México. Durante esta expedición, se colectaron muestras de estalagmitas que permitirán a los investigadores entender los cambios climáticos en el noroeste de México durante los últimos 500 mil años, así como la dinámica del monzón en esta región.
¿Cómo es esto posible? Así como se utilizan los anillos de crecimiento de los árboles para determinar edad, precipitación y temperatura de la región. Las estalagmitas se emplean bajo el mismo principio. Sin embargo, la ventaja es que podemos regresar mucho más atrás en el tiempo, conocer el paleoclima de hace miles y miles de años.
Este estudio será el primer análisis científico de la cueva. Sin embargo, aún queda mucho por descubrir, por ejemplo, sobre la fauna que vive o utiliza la cueva. Hay evidencias de la presencia de murciélagos y de un milpiés cavernícola aquí, del cual se sabe muy poco. La Mora sigue siendo un enigma, esperando a ser desvelado por futuros exploradores y científicos. Esto es un poco de lo que una cueva puede aportar a la ciencia; no por nada son conocidas como laboratorios naturales.
La cueva está en excelentes manos, ya que la familia Gámez, a pesar de su iniciativa de convertir la cueva en una atracción turística, se ha dedicado a priorizar su conservación y promover la investigación científica. En ella han encontrado un valor más allá de lo económico, un genuino interés por desentrañar el conocimiento que alberga.
Si te apasiona descubrir la vida dentro de las cuevas y la espeleología, te invitamos a acercarte al Grupo Pionero Espeleológico de Sonora. Este fascinante hábitat subterráneo está lleno de misterios por desvelar, y necesitamos toda la ayuda posible para explorarlo y preservarlo. ¡Únete a la aventura y contribuye al conocimiento y protección de este increíble ecosistema!
Omar Calva es pasante de comunicaciones para Sky Island Alliance. Un experto espeleólogo de Sonora, él está cursando su doctorado en la Universidad Eötvös Loránd de Hungría, centrándose en la filogenia y biogeografía de uno de los crustáceos cavernícolas del país.